domingo, 24 de abril de 2016

La Importancia Relativa del Final

En los últimos tiempos, el predominio de las aperturas ha llegado a ser agobiante. Todos los grandes jugadores pasan la mayor parte de su tiempo investigando en nuevas variantes, con las cuales sorprender a sus rivales y comenzarla batalla sobre el tablero en una posición lo más ventajosa (o menos desastrosa, según se mire) posible. Pero no se engañen, no es que se haya descubierto que los finales no sirven para nada, es que esos jugadores ya “han hecho los deberes” y como mínimo, conocen bien los finales más importantes. Claro que hay ilustres excepciones, como se puede comprobar de vez en cuando en algunas partidas,los jugadores de elite están bien preparados en los finales. Lo que sucede es que el campo de los finales teóricos conocidos, y más aún el de los realmente importantes en la práctica, es mucho más reducido que el de las aperturas.Ellos ya han hecho su trabajo a tiempo, y ahora pueden dedicar la mayoría de sus esfuerzos en otras direcciones, sin temor a regalar un par de medios puntos por torneo.¿Por qué sucede esto? Bueno, cualquier ajedrecista con varios años de práctica aunque tenga menos de 2000 de Elo ya lo sabe: “El estudio de los finales es aburrido” y además “La mitad de ellos (o el 90%) se olvidan” y “No encuentro libros que los expliquen bien” y el más ingenioso “¡En mis partidas nunca se producen!” (esto último es especialmente cierto en partidas de jugadores que siempre evitan el final, a veces a costa de jugadas demasiado arriesgadas que les llevan a innecesarias derrotas en el medio juego, pero claro esas derrotas se justifican luego por errores tácticos) y toda otra serie de razones parecidas.

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